Algunos malévolos/as del PP dicen que la razón de la desaparición de Rajoy durante las horas posteriores a las elecciones, fue crear incertidumbre para crear un vacío de liderazgo y ser añorado y deseado ante el vértigo a la nada.
A día de hoy defenestrado Rato como sucesor por Aznar al oponerse a la intervención de nuestro país en la guerra de Irak, el PP no tiene otra referencia interna aceptada por todos.
Pizarro lo explicaba muy bien: "En el PP no manda nadie y además nadie obedece" Lógico por otra parte que no obedezca nadie si no hay órdenes que cumplir.
Rajoy como buen gallego que no se sabe si sube o baja, está realizando un experimento para demostrar empíricamente la paradoja de "el gato de Schrödinger¨.
Paradoja que surge de un célebre experimento imaginario propuesto por Erwin Schrödinger en el año 1937 para ilustrar las diferencias entre interacción y medida en el campo de la mecánica cuántica, o lo que es lo mismo entre avance electoral y derrota política en unas elecciones generales.
El experimento consiste en imaginar al gato Rajoy metido dentro de una caja, el Partido Popular, que también contiene un curioso y peligroso dispositivo. Este dispositivo está formado por una ampolla de vidrio que contiene un veneno muy volátil llamado Esperanzina y por un martillo sujeto sobre la ampolla de forma que si cae sobre ella la rompe y se escapa el veneno con lo que el gato Rajoy moriría políticamente. El martillo está conectado a un mecanismo detector de derrotas electorales alfa; si llega una partícula alfa el martillo cae rompiendo la ampolla con lo que el gato muere, por el contrario, si no llega no ocurre nada y el gato continua vivo políticamente.
Cuando todo el dispositivo está preparado, se realiza el experimento. Al lado del detector se sitúa un átomo radiactivo con unas determinadas características: tiene un 50% de probabilidades de emitir una partícula alfa durante el próximo Congreso del PP y también en las horas sucesivas a cada proceso electoral venidero; elecciones europeas, Catalanas, Vascas, Gallegas, Autonómicas y Municipales y así hasta el 2012.
Evidentemente, al cabo de cuatro años habrá ocurrido uno de los dos sucesos posibles: se ha producido una nueva derrota electoral del PP emitiéndose partículas alfa o no las ha emitido por haber obtenido los suficientes votos para ganar o tener una nueva "derrota digna" (la probabilidad de que ocurra una cosa o la otra, a día de hoy, es la misma).
Como resultado de la interacción, en el interior del Partido Popular, el gato Rajoy está vivo o está muerto políticamente. Pero no podemos saberlo si no abrimos las urnas para comprobarlo.
Si lo que ocurre en el interior de la caja lo intentamos describir aplicando las leyes de la mecánica cuántica, llegamos a una conclusión muy extraña. El gato vendrá descrito por una función de onda extremadamente compleja resultado de la superposición de dos estados combinados al cincuenta por ciento: "gato Rajoy vivo" y "gato Rajoy muerto". Es decir, aplicando el formalismo cuántico, el gato estaría a la vez vivo y muerto; se trataría de dos estados indistinguibles.
La única forma de averiguar qué ha ocurrido con el gato es realizar una medida: abrir la caja y mirar dentro. En unos casos nos encontraremos al gato vivo y en otros muerto. Pero, ¿qué ha ocurrido? Al realizar la medida, el observador interactúa con el sistema y lo altera, rompe la superposición de estados y el sistema se decanta por uno de sus dos estados posibles.
El sentido común nos indica que Mariano Rajoy no puede estar vivo y muerto políticamente a la vez. Pero la mecánica cuántica dice que mientras nadie mire en el interior de la caja, Rajoy se encuentra en una superposición de los dos estados: vivo y muerto.
En definitiva los militantes del PP deciden si el PP ha avanzado satisfactoriamente en las elecciones y puede ganar las próximas con el mismo candidato o si hay que cambiar al menos de gato para ganar a Bambi.
Esta superposición de estados es una consecuencia de la naturaleza ondulatoria de la materia y su aplicación a la descripción mecanocuántica de los sistemas de poder interno en los partido políticos, lo que permite explicar el comportamiento de las partículas elementales, votantes del PP, y de los átomos, barones del partido.
Solo los barones/baronesas que sean capaces de adivinar a tiempo si realmente Mariano Rajoy está vivo o muerto políticamente tendrán futuro en el Partido Popular para el 2012.
Mariano Santiso