martes, febrero 3

Las derrotas de un rebelde

Cuadro de Carlos Garcia-Alix


Se aferraba a los pechos de su madre buscando consuelo y alimento.
Lloró a los seis meses cuando le pasaron a los potitos.
Soñó con los reyes magos pidiendo lo imposible.
Lloró cuando supo que eran los padres.
Su padre era un superhombre que tenía todas las respuestas a sus preguntas.
Lloró cuando no supo decirle como ser feliz.
Le enseñaron el catecismo y a creer en Dios todopoderoso.
Lloró cuando sus plegarias no fueron escuchadas y perdió la fe.
Se independizó de sus padres creyendo haber encontrado la libertad.
Lloró en su muerte por no haberles comprendido.
Abrazó el marxismo para luchar contra la explotación.
Lloró cuando los revolucionarios de ayer se convirtieron en tiranos de hoy.
Creyó en la solidaridad entre compañeros.
Lloró cuando sintió el frío puñal de sus amigos en la espalda.
Creyó en la lucha obrera.
Lloró cuando comprobó que muchos solo luchan por lo suyo.
Hoy sonríe con las risas de sus hijos.
Llora con la tragedia de los niños que mueren de hambre.
Se emociona ante dos viejecitos cogidos de la mano en el parque.
Llora cuando ve a los hijos embarcar a la fuerza a los padres en el autobús del centro de día.
Sonríe al ver a dos adolescentes hacer planes para irse a vivir juntos.
Llora cuando salen del banco unidos por una hipoteca a 40 años.
Sonríe cuando su hija mayor consigue su primer trabajo por 600 euros.
Llora cuando con la excusa de la crisis no la renuevan el contrato.
Se indigna por tantas palabras derrotadas: utopía, honradez, esfuerzo, paz, solidaridad, amor...
Se solivianta por el triunfo de otras: egoísmo, competitividad, usura, engaño, dinero, demagogia...
En la derrota de tantas utopías le quedan, la mano de su compañera, las risas de sus hijos..
permanecen algunos buenos amigos y siempre, el paisaje y la lectura de un buen libro.

Aun así enjugará sus lágrimas y seguirá pensando que merece la pena luchar por cambiar el mundo, por recuperar los valores perdidos, aunque seamos hormiguitas...
Para Celia, por tantas cosas...